¿Qué me quita tiempo?: Interrupciones

“Ojalá tuviera más tiempo”,

“Se me pasó la semana y aún no pude terminar algo que ya me reclamaron”, “Tengo que quedarme después de hora, porque si no, no llego a finalizarlo”

Nos quedamos con la sensación de que las 8 horas laborales no alcanzan para todo (lo cual, puede ser cierto en función a los objetivos que tengamos: es una posibilidad).

Si te representa alguno de éstos pensamientos, para vos es un problema.

Lo bueno es que, como es un problema para vos, también la solución (así sea, aceptando las circunstancias, y no queriendo estar una y otra vez deseando que todo sea distinto, cuando hay mucho que está fuera de tu poder de cambio).

Pero… ¿qué es lo que SI podés hacer?

La propuesta que te traigo hoy es que identifiques las interrupciones que te quitan tiempo. Algunas situaciones cotidianas que se llevan minutos (horas) de tu vida casi sin darte cuenta porque las tenes “normalizadas”, en automático, y, fundamentalmente, algunas acciones que podes poner en práctica para limitarlas.

Sonó el teléfono. Recibí un mensaje/chat. El ruido de una notificación. Alguien que me hizo un comentario, etc, etc. Nos quitó foco de lo que estábamos haciendo.

Pasamos de la tarea en la cual estábamos, a aquello que llamó nuestra atención en ese momento.

Hasta ahí, en el mejor de los casos.

¿Y si, a su vez, nos piden algo y nos ponemos con eso “nuevo”?

¿Y si a su vez, eso nos genera bronca porque nos quita tiempo, nos altera, nos dispersamos?

¿Qué podes hacer?

1. Silenciar notificaciones (o anularlas). Dejar el celular en otro lugar (o incluso, apagarlo). No tener abiertos (a la vez) las cuentas de email, redes sociales, webwhatsapp, etc etc. La clave, si quiero estar concentrado en una tarea, es identificar aquello que puede distraerme y hacer algo para evitar (o minimizar) el estímulo.

2. Decir “no”: ¿es necesario dejar todo lo que hacemos para resolver un pedido que nos hace otra persona, justo en ese momento? ¿será que puede esperar? ¿o que puede hacerlo otro? A veces reaccionamos ante lo que nos piden, sin dedicarle unos minutos a chequear la importancia del tema, a reflexionar si ya no está resuelto de otra forma, o simplemente a tomarlo, y decir que necesitamos un tiempo para analizarlo y contestar.

3. Establecer nuestras rutinas (y si es necesario, comunicarlo). Momentos del día para revisar emails/whatsapp.

Si coordinamos un grupo, agendar reuniones de trabajo (minimizando así, que nos traigan temas en cuanto les cae un problema nuevo, que, quizás, puede esperar). Si nuestra función es atender consultas, podemos informar en qué días/horarios nos dedicamos a ello. Etc.

Las interrupciones siempre van a existir, pero sí está en nosotros hacer una mejor gestión de situaciones que está en nuestro poder modificar, y así lograr sentir (y que efectivamente así sea) nuestro tiempo más productivo.