"Yo doy feedback, no entiendo qué pasa"

Me contaba muy convencido un cliente sobre cómo transmitía lo bueno y lo que tenían a mejorar sus colaboradores. Y no entendía cómo es que no lo escuchaban (eso creía él, ya que no veía los cambios que esperaba).

Y quizás su técnica y su manera de escuchar y llegar al otro es muy buena. En su caso, el problema era que lo hacía… 1 vez al año. ¿y es suficiente? En éste caso, no.

Si en el mes de febrero me van a decir lo que pude haber hecho distinto en el mes de agosto… ya no es oportuno.

Lo que sus colaboradores sentían era que lo hacía para cumplir con una tarea, y que no les interesaba lo que hacían ni lo que les pasaba.

Y así, no confiaban en él. Por eso no lo consultaban (pero él tenía “oficina de puertas abiertas”).

En éste caso, darse cuenta de ésta situación, de la importancia de cultivar las relaciones profesionales con su equipo de manera constante y fluida, de generar reuniones, intercambio de ideas, cultivar un contexto propicio para el desarrollo fue la clave para que comenzara a ver algunos de los cambios que esperaba.