“Cuando nos mudemos, ella ya me dijo que no va a continuar”
- Rosana
- 5 may 2019
- 1 Min. de lectura
La empresa va a mudar las oficinas.
Saben que será a zona norte, y una colaboradora que vive en zona sur se enteró, y ya le avisó que ella renunciará.
El poder que tienen las palabras… las emociones que generan, las decisiones en nosotros y en otros. Y muchas veces, no somos conscientes de ello.
Porque, la verdad es que la empresa no ha definido el lugar en concreto. Y ese “run-run” está dando vueltas desde hace 6 meses. Tiempo en el cual, por lo menos una persona, se ha preocupado, tuvo miedos, lo habló con sus personas cercanas, donde su única alternativa era la renuncia. Con el impacto que, quiera o no, eso tiene que tener en su día a día.
Y en la sesión de mi cliente, quien no quiere perderla, lo que surgieron son opciones. ¿se conversaron otras acciones posibles? y la respuesta fue “no”.

Desde la charla, la reflexión, mi cliente habló de beneficios como el teletrabajo, el contratar un servicio charter, el comedor, para intentar retener a ella, y a otros empleados que vean como un impedimento la localización geográfica de las oficinas.
¿Cuántas veces pasa que, nos quedamos con una primer alternativa, sin permitirnos descubrir si pudiera haber otras opciones? Porque, las ideas surgirán en cualquier momento y lugar, pero es claro que habrá más chances si generamos el contexto para reflexionar con otros, preguntar por qué toma cierta decisión, y ver si pudiéramos ofrecer algo distinto.
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