"Cumplir" versus "Sentirte Motivado"

¿Alguna vez te has encontrado dedicando largas horas a un proyecto, sacrificando tiempo de sueño y sintiendo la presión de cumplir con ciertas expectativas, sólo para descubrir que al final... no pasa nada?

. A nadie le importó lo que resignaste para lograrlo, ni tus dolores de cabeza, ni tu mal dormir.

. Hacés, cumplís, podés tildarlo como “realizado”, pero no encontrás valor real: es como si fuera a parar en un cajón donde nadie lo ve.

. No hay indicios de que tu contribución haya sido crucial tener en cuenta para las decisiones importantes. Incluso, puede suceder que, al ser evaluado, no se reconozca tu labor o que, si decides cambiar de trabajo o de sector, tus esfuerzos pasen desapercibidos.

¿Te pasó algo similar? ¿Cómo te hizo sentir? ¿Valió la pena?

Sería ideal contar con un jefe que nos inspire. Que nos de feedback constructivo. Que esté atento. Que sea empático. Que lo sintamos un referente. Que la cultura del lugar donde trabajamos nos inspire siempre a dar nuestra mejor versión. Todo ello, se puede trabajar. Pero… ¿y si no sucede?

Para mí, la clave radica en tomarnos un momento para reflexionar y definir claramente nuestros objetivos personales. Alejarnos del “hacer porque sí”, del repetir mes tras mes como si fuera “copiar y pegar”, del correr tras las urgencias y prioridades del otro cuando ello nos posterga a nosotros mismos. Con mis clientes, las respuestas a éstas preguntas les suelen dar claridad: ¿Qué es lo que me motiva? ¿Cuándo fue que tuve mucho entusiasmo? ¿A qué se debió? ¿Cuáles son, hoy, mis “no negociables”? Usalas como guía 😊. 

Es crucial aprender a gestionarnos y encontrar un equilibrio: ¿cómo están las otras áreas de mi vida? Eso que me frustra, ¿depende de mí, o estoy esperando que “el afuera” sea diferente?. Debemos establecer un orden de prioridades interno, basado en lo que queremos lograr.

Porque ante la misma situación, podríamos experimentar concentración, ilusión por un nuevo proyecto, y energía extra si nos enfocamos en resolver problemas, tomar decisiones y crecer profesionalmente. Podríamos incluso aceptar los sacrificios, como la falta de sueño, si consideramos que valen la pena por la pasión que sentimos por lo que hacemos. (“Usar nuestro trabajo como laboratorio es una frase que repito seguido” 😊).

Cuando el reconocimiento viene de nosotros mismos y hacemos las cosas por nosotros y para nosotros, la opinión externa pierde importancia: ganamos seguridad, ganamos confianza. Estamos en modo “superpoderoso”. Es entonces cuando, pienso yo, encontramos verdadero significado, motivación, y satisfacción en nuestro trabajo.